sábado, 24 de marzo de 2018

¿Quiénes son los verdaderos valientes?

Respiras, apenas un segundo mientras una lágrima cae de tus ojos. Tus manos temblorosas se acercan al acero brillante de la cuchilla afilada que tienes encima del escritorio. La miras, la observas. Tienes miedo, claro que lo tienes pero a la vez sabes que una vez traspase tu piel, una vez corte como si fuera un trozo de papel, todo irá a mejor. La acercas a la misma, tus manos siguen temblando, apenas piensas, ya nada llega a tu cabeza, el mundo se ha parado, no hay nada a tu alrededor. Inspiras y expiras. Cierras los ojos y empiezas a trazar el camino en tu piel con la cuchilla. Te muerdes el labio con fuerza intentando no gritar de dolor, sin embargo esa acción te produce más dolor y te concentras en tu labio, ahora con sangre y ya no sientes la marca de tu piel. La cuchilla cae de tus manos, la acompaña un río de sangre. Y por primera vez tú brazo tiene color, más allá de aquel blanco vampiro que solias tener. Saboreas la sangre de tu labio. Sabe a hierro, sabe mal, baja por tu garganta como si de un veneno letal se tratase. Quemando todo el recorrido que toma hasta tu estómago.

Empiezas a ver borroso y pierdes ligeramente el conocimiento. Tú no eres valiente. No lo eres. Dicen que el suicidio es la solución de los débiles. Pero no es así, es de los valientes, y tú no lo eres. Sabes que un simple corte no te quitará la vida. No si al rato impides que vaya a más. No si no te metes en una bañera llena de agua para que la sangre vaya a más y no quede ni una gota en tu cuerpo. Miras a un punto fijo. Te curas un nuevo corte. Te secas las lágrimas. Te pones un color en los labios que impidan ver la herida. Maquillaje en el corte y sacas tu mejor sonrisa para seguir adelante como si esos minutos entre la vida y la muerte no hubiesen sucedido. Y es entonces cuando realmente te preguntas. ¿No eres valiente por no llegar al final, o lo eres por seguir adelante intentando ser fuerte?

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